Y llegamos al 23 de mayo del 2010…
Viendo desde el monitor del ordenador el desacople entre el transbordador y la estación espacial.
Cuan cerca y cuan lejos… Cuanta diferencia con los poquísimos kilómetros que caminamos hace pocos días. Escasos mil kilómetros que, aunque sean un orgullo personal, no dejan de ser en nada comparables con las distancias que se manejan en ese campo de la ciencia. Pero, todas las grandes aventuras del hombre comenzaron y comienzan con unos pocos pasos. Y una vez finalizada la caminata del 2010 comienza el proceso de revistar lo conseguido, a la luz de los errores cometidos, pera darnos una idea de lo que deberíamos modificar en la planificación de otras caminatas.
Lo primero es aceptar que el peso máximo del morral, o la mochila, o como queramos llamarle, no debe superar el 10% del peso corporal. Eso es una máxima absoluta y debo hacer caso de ella. Es una tontería no hacer caso de ella, de lo que queda en el morral, no hay cosa alguna que pierda peso y, lo que es peor, a medida que caminamos la tendencia es a guardar piedras, papeles, fotos, recibos y, sin duda, recuerdos. Es difícil abstenerse de no meter cosas en el morral.
El equipamiento debe estar acorde con la estación del año. Este año fue atípico. Se suponía que estábamos en Primavera pero resultó que mas parecía invierno. Mas parecía, y por eso no llevamos polainas que hubiesen sido muy útiles para la nieve inicial. El condicional es engañoso pues, aunque no estuve, en ningún momento, caminando en nieve, solo unos 20 pasos, las polainas hubiesen servido para la fase de lluvias que si nos acompañó durante mucho del trayecto. Pero tampoco hay que ser llorón, realmente no fue tantísima la lluvia que nos cayó. La lección real fue que tenemos que llevar un poncho que realmente sirva. -Que tenga la figura del morral para que lo cubra sin problemas. -Que se ajuste a los brazos con mangas terminadas en elásticas que impidan la entrada del agua. –Que cubra por lo menos hasta las rodillas, para proteger documentos, cartera, cámaras y lo que sea que se porte por debajo de la cintura. Que su capucha sea amplia para permitir su colocación fácil y su ajuste a la cara. -Que tenga cremallera hasta la garganta y desde su extremo mas bajo y que la cremallera se apoye, además, en puntos de cierre mágico, para facilitar su colocación. Lo ideal seria que tuviese un sistema de respiración, la experiencia mostró que pasados unos pocos minutos bajo el chaparrón, se pierde la conciencia de si estaba lloviendo dentro o fuera.
Me tuve que comprar unos pantalones para la lluvia, los utilicé con unos pantalones cortos y la experiencia no fue muy agradable. Cuando terminó la lluvia y me los quité, no tenia parte alguna de mis extremidades inferiores, y zonas aledañas, que no estuviese absolutamente empapada de sudor y todavía el sudor corría piernas abajo hacia las medias. A mi modo de ver, si el poncho es bueno, no hace falta el dichoso pantalón.
El protector para el piso hay que portarlo, se use o no. Soluciona muchos problemas si hay escases de albergues o de camas. Es como el seguro contra la desidia y la mala voluntad.
La navajita, instrumento que tanto nos ayuda en el monte, puede convertirse en un problema si no tenemos en consideración su tamaño. Hay países donde se les considera armas a partir de cierta longitud. Hay que verificar antes del viaje y recordar que para su traslado aéreo deben estar en el morral y no en la vestimenta del día.
Las direcciones, es recomendable portar una libreta de direcciones y una adecuada ración de tarjetas de presentación personales. La libreta debe estar protegida contra la lluvia y el sudor.
La PACIENCIA; es tan obvio que parece una tontería. ?cuantas veces no hemos conversado sobre la dificultad para encontrar compañeros de caminata con los que nos sintamos cómodos en todas las situaciones?. Y la verdad es que hay que armarse de paciencia pues no todos los anfitriones están consientes de su rol como tales. En estas situaciones donde se recibe el producto social que atrajo la publicidad, oficial y privada, y ese producto social es multinacional, se espera que los anfitriones hagan un esfuerzo, por mínimo que sea, para que estas personas que “NO ESTAN EN PLAN DE TURISTAS” se sientan bien recibidas. La observación es muy especifica y, claro está, somos peregrinos, tenemos que hacerla; pero, por otra parte, queramos o no, esto es un apéndice de la industria turística del país, de los países por los cuales pasa el camino.
Y tenemos que aceptar que cada uno de nosotros hace “su propio camino”, de allí el éxito de esta “aventura”. No tenemos porque molestarnos porque veamos bajarse de los buses, y entrar a los albergues, a personas que claramente se nota que no han dado un paso y que lo que buscan es ahorrarse un dinero durmiendo como peregrinos. Cada cual con su conciencia, si se quiere esto le da valor a lo que hacen los peregrinos. Por un lado llegaban al albergue los peregrinos llenos de barro hasta los dientes, empapados y ateridos por el frio, por el otro llegaban los paseantes, frescos, rozagantes, con ellas maquilladas y ellos recién peinados; total, cada uno a lo suyo… PACIENCIA…
es toda una lección sobre el camino de un gran peregrino,y sobre todo de un buen compañero de camino del cual aprendes mucho y al que le cojes cariño solo compartiendo unos pocos dias a su lado.Un amigo al que siempre guardare respeto.El alicantino de la ampolla en Boadilla del camino y que tuvo que retirarse en Carrion de los condes.Un saludo de kiko.
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