Esas sabrosas charlas de sobremesa siempre son educativas, aun cuando los temas sean repetidos y las personas sean las mismas de aspecto y nombre. Nunca veremos el mismo rio dos veces dice el aforismo popular, de igual manera nunca hablaremos con la misma persona dos veces ya que, en esa segunda oportunidad, siempre tendremos otra faceta de sus ideas.
Trata el cuento del “perro del hortelano” de un can guardián de una parcela que no permitía que persona alguna traspasase las cercas del terreno y se avituallase con los productos agrícolas que allí se producían. El perro, que naturalmente no es vegetariano, no se mantenía con los productos. El viejo refrán español dice que “el perro del hortelano ni come ni deja comer”.
La ética de los tiempos modernos va cambiando y ya escuchamos esta frase hasta en discursos muy importantes al hablarse, por ejemplo, de los problemas económicos de la comunidad europea, o de como salir de los problemas que presenta el socialismo moderno o de la justificación de los medios para conseguir cualquier fin.
Hoy en día cuando la honestidad esta en tela de juicio porque es sinónimo de no tener agallas para hacer alguna fechoría, es frecuente escuchar frases como esta que definen al servidor publico corrupto, cuando sonríe satisfecho sabiendo que no se trata de su persona cuando se habla de… estos perros de hortelano que no dejan que los procesos caminen..
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