2011/01/02

2 de Enero. El poder de la mente



Un científico de Phoenix, Arizona, USA,  quería probar una teoría.

Necesitaba un voluntario que llegase hasta las últimas consecuencias.
Lo consiguió en una penitenciaria. Era un condenado a muerte que sería ejecutado en la penitenciaria de San Louis en el estado de Missouri
donde existe la pena de muerte ejecutada en la silla eléctrica.

Le propuso lo siguiente:

Participaría en un experimento científico, en el cual sería hecho un pequeño corte en la muñeca, lo suficiente para gotear su sangre hasta la última gota.

Tenía la probabilidad de sobrevivir, en caso contrario, fallecería por pérdida de sangre, o sea una muerte sin sufrimiento ni dolor.

El condenado aceptó, pues era preferible eso a morir en la silla eléctrica, además tenia chances de sobrevivir.

Le colocaron en una cama alta de hospital y le amarraron para que no pudiera moverse.

Hicieron un pequeño corte en su muñeca. Debajo colocaron una pequeña vasija de aluminio.

Se le dijo que oiría su sangre gotear en la vasija.

El corte fue superficial y no alcanzó ninguna arteria o vena, pero fue lo suficiente para que el reo sintiera que su pulso se había  cortado y que estaba sangrando. 

Sin que él supiera, debajo de la cama había un frasco de suero con una pequeña válvula.

Al cortar el pulso,  abrieron la válvula del frasco para que creyese que era su sangre la que caía en la vasija.

En verdad, era el suero en la vasija que goteaba con cierta frecuencia de gotas por minuto.


El científico, sin que el condenado lo viera, cerraba poco a poco la válvula y el goteo disminuía.

Mientras tanto el condenado creía que era su sangre la que estaba disminuyendo.

Con el pasar del tiempo fue perdiendo color, quedando cada vez más pálido.

Cuando el científico cerró por completo la válvula, el condenado tuvo un paro cardíaco y murió,  sin ni siquiera haber perdido una gota de sangre.


El científico consiguió probar que la mente humana cumple, al pie de la letra, todo lo que le es enviado; que todo ello es aceptado por el individuo, sea positivo o negativo, y que tal acción envuelve a todo el organismo, sea en la parte orgánica o psíquica.

 
Esta historia es una alerta para que filtremos lo que llega a nuestra mente y la forma en que llega, pues ella no distingue lo real de lo fantástico,
lo cierto de lo equivocado, simplemente graba y cumple lo que le es enviado.

"Quien piensa en fracasar, ya fracasó antes de intentar".

"Quien piensa en ganar, lleva ya un paso adelante"

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