12 Septiembre, 2012
La mejor anécdota de toda la carrera espacial:
ND.- A propósito de la muerte de Neil Armstrong ha resurgido en las redes sociales la que es considerada como la mejor anécdota de toda la carrera espacial.
A continuación la historia, tal y como la cuenta el sitio Yahoo.com, cortesía del periodista, escritor y colaborador, profesor Juan Páez Ávila:
Fue una noche inolvidable para la humanidad, el 20 de julio de 1969, justamente a las 22 horas, 56 minutos, y 15 segundos, el comandante Neil Armstrong había puesto por primera vez un pie en la Luna, justo en el sector denominado Mar de la Tranquilidad, marcando para la historia un evento sin precedentes. Luego de la famosa frase: Este es un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad, el comandante Armstrong dijo en voz baja sólo para él mismo:
“Y buena suerte para usted, señor Gorsky”.
Esto causó asombro a los acompañantes del módulo lunar Apolo 11, el comandante Edwin Buzz Aldrin Jr. y el piloto Mike Collins, así como a todos los operadores terrestres que monitoreaban cada instante de tan importante evento. Muchos se miraron con aire de incertidumbre, sin precisar el verdadero sentido de esta frase.
Los periodistas que cubrían para el mundo toda la información, hicieron algunas preguntas a la base terrestre acerca de la frase, pero los físicos sólo se limitaron a responder: Debe ser algún mensaje para algún cosmonauta amigo.
Algunos curiosos se dedicaron a interpretar esa frase y dentro de sus investigaciones descubrieron que no existía ningún cosmonauta Gorsky en el programa espacial de la NASA, ni tampoco existía ese nombre en los registros del programa espacial soviético. Esto provocó más curiosidad entre los periodistas quienes no perdían la oportunidad para preguntarle a Neil Armstrong acerca de la frase. Él siempre respondió con una sonrisa y un completo silencio. Por muchos años sucedió lo mismo.
El 16 de julio de 1994, cuando se celebraban los 25 años de la cuenta regresiva de la Misión Gemini 8, que hizo que la nave Saturn V, de 360 pies de altura y de 6.5 millones de libras despegara del andén 39A en el Centro Espacial Kennedy en Florida, un joven periodista recordó lo que por muchos años había sido una interrogante, y de manera sencilla le solicitó al doctor Armstrong: “Comandante, ahora que ya han pasado 25 años de la misión, podría usted referirse a la frase ‘Y buena suerte para usted señor Gorsky’ pronunciada durante su primera caminata lunar?”
El comandante, con una sonrisa en los labios, le respondió: “Bueno, ya ha pasado mucho tiempo, y en virtud que el señor Gorsky murió el invierno pasado, creo que ya puedo referirme con libertad al tema”, y relató:
Era el 5 de agosto de 1940, lo recuerdo muy bien pues celebraban en mi casa, en Wapakoneta, Ohio, mi décimo cumpleaños, y como era una tarde soleada, muchos niños jugábamos béisbol en el jardín de mi casa; de pronto, uno de los chicos pegó un imparable que voló por la cerca del vecino, y como en ese momento yo estaba corriendo esa zona, brinqué la cerca que separaba nuestras casas y busqué la pelota justo bajo de la ventana del joven matrimonio de los Gorsky: una pareja sin niños que tenían cerca de veinticinco años de edad. Me dirigí sigiloso hasta la ventana de los Gorsky, pero la señora Gorsky, quien ya me había visto brincar la cerca, le reclamó a su esposo:
“¡Sexo oral! ¿Quieres sexo oral? Pues tendrás sexo oral cuando ese mocoso de los Armstrong camine sobre la Luna.”
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