Mi respuesta al almirante Molero
FERNANDO OCHOA ANTICH
| EL UNIVERSAL
domingo 9 de junio de 2013 12:00 AM
El almirante Diego Molero, ministro de la
Defensa, ha estado en estos días en primer plano nacional. Eso es normal. Las
delicadas funciones que ejerce y la complicada situación política venezolana lo
justifican. Eso es verdad, pero el interés mostrado por José Vicente Rangel para
invitarlo a su programa el domingo y después dedicarle su columna periodística
tiene otras razones. Ellas fueron claramente definidas en la sorprendente
grabación de la conversación entre Mario Silva y el G-2 cubano, teniente coronel
Aramís Palacios: la lucha por el poder existente entre Nicolás Maduro,
respaldado por el almirante Molero y los hermanos Castro, y el grupo de
oficiales pertenecientes al Ejército, liderados por el mayor general Carlos
Alcalá Cordones, comandante del Ejército, y Diosdado Cabello.
Esta
afirmación mía queda claramente demostrada en las primeras afirmaciones de José
Vicente Rangel antes de pasar a las preguntas: "estoy convencido de la fortaleza
de las actuales instituciones venezolanas. De la amplia aceptación que tiene la
democracia y el proceso bolivariano en el seno del pueblo, en la organización
social que hoy existe y en la lealtad de la Fuerza Armada" y en la permanente
presencia de Nicolás Maduro en actos militares. Si no hubiera dudas no se
hablara del tema. Otro aspecto a tomar en cuenta para entender el riesgo de
estabilidad que enfrenta el gobierno de Nicolás Maduro, ante su débil
legitimidad, son los importantes cambios que se observan, tanto en la política
nacional como internacional, con el inicio de un diálogo con empresarios y en la
reciente apertura hacia Estados Unidos.
Creo de interés analizar algunos
de los planteamientos realizados por el almirante Molero para valorarlos y
criticarlos con severidad. Ante la pregunta: "¿Dicen que usted no es
institucionalista porque se define como chavista?", su respuesta es inaceptable:
"si había un hombre que verdaderamente respetaba las instituciones era Hugo
Chávez, ser institucionalista es respetar las instituciones, ser
institucionalista es ser chavista". El almirante Molero conoce perfectamente que
Hugo Chávez violó la Constitución de 1961 al insurreccionarse el 4 de Febrero y
desde la Presidencia de la República irrespetó flagrantemente la Constitución
bolivariana, de 1999, al dictar la mayoría de las leyes habilitantes. Al
declararse chavista, el almirante Molero incumple sus deberes militares y es un
mal ejemplo para sus subalternos.
Rangel le pregunta sobre la presencia
cubana en Venezuela. La respuesta del almirante Molero produce indignación.
"Aquí en la IV República teníamos en nuestros cuarteles grupos norteamericanos
que dirigían las políticas militares. Aquí se compraba el armamento que ellos
querían". El almirante Molero sabe que miente descaradamente para justificar la
actividad cubana en la Fuerza Armada. En nuestro tiempo, la misión militar
americana sólo tenía una presencia más que simbólica y el armamento era
mayoritariamente europeo. No creo que ese sea el caso cubano. La opinión pública
señala que controlan los organismos de inteligencia, le prestan seguridad al
presidente de la República y se llega hasta el extremo de afirmar que están
presentes en reuniones en donde se discuten y deciden los planes militares para
la defensa nacional.
El final de la entrevista la dedica Rangel a
preguntarle sobre una presunta conspiración. "¿Está garantizada la estabilidad
democrática en Venezuela? La respuesta del almirante Molero es de una
simplicidad que realmente sorprende: "Totalmente. Tenemos una Fuerza Armada que
está comprometida. Nada más el intento de algún pequeño grupo que pudiera
existir que quiera contravenir el orden constitucional, sería un embarazo
utópico con muerte por aborto". Si ha leído algo de sociología militar y de
historia venezolana y latinoamericana debería conocer que las crisis militares
surgen como consecuencia de los procesos de deslegitimación del poder político y
al creciente descontento popular. Esos dos factores penetran en los cuadros
militares a través de los permanentes vasos comunicantes que existen entre la
sociedad civil y la Fuerza Armada.
Rangel insiste en el tema: "¿Hay
ruido de sables en este momento?" La respuesta del almirante Molero muestra un
total desconocimiento de la realidad militar. "Yo no diría que hay ruido de
sables. Yo estoy seguro que ese ruido de sables lo han creado grupos fascistas.
Si hubiese algún intento moriría antes de formarse". Sencillamente, está
equivocado... La oposición democrática no conspira. Prefiere una solución
electoral. Esa es la verdad, pero la historia muestra que si se cierran las
soluciones políticas, como está haciendo Nicolás Maduro, surge de manera natural
la opción violenta. En Venezuela, esa opción siempre ha sido militar. Así
ocurrió en 1945, en 1948, en 1958 y en el 2002. La única solución política es
convocar a nuevas elecciones presidenciales, con un equilibrado Consejo Nacional
Electoral.
Dios mio, dame resignación para seguir viendo a los sapos nadar en la charca!!!
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