Posted: 05 Jun 2013 11:26
PM PDT
Por: Francisco Zepeda
Andino
Cnel. ® FAH
El
próximo 26 de junio, se estarán cumpliendo 50 años desde el día que el
presidente de los Estados Unidos de América, John F. Kennedy,
pronunciara su famoso discurso en una plaza de Berlín del Oeste, atestada por
más de medio millón de hombres y mujeres alemanes. Para comprender la total
importancia del discurso, debemos recordar que Berlín, desde 1945, era una
ciudad dividida en cuatro sectores: el sector soviético (Este) y los lados
ingleses, norteamericano y francés (Oeste) También, Berlín estaba enclavada
dentro de territorio controlado por la Unión Soviética y se unía a la parte
occidental por una carretera que los soviéticos cerraban en épocas de crisis.
Además de lo anterior, los
rusos y sus aliados habían erigido un muro a lo largo de sus ciudades y
campos para evitar la fuga de los ciudadanos que buscaban la libertad y el
MURO DE BERLÍN era conocido a nivel mundial. La llamada Guerra Fría se
encontraba en su apogeo. Hacía escasos 8 meses (octubre – 1962), se había
desarrollado la CRISIS DE LOS MISILES EN CUBA, cuando la humanidad estuvo al
borde de un holocausto nuclear entre los EUA, sus aliados y la Unión
Soviética.
En su discurso, Kennedy hizo
uso de su carismática personalidad para lograr grandes ovaciones de los
congregados y una elevación superlativa de su moral. Es nuestra intención
citar varias partes de esa alocución porque creemos contienen ideas todavía
vigentes sobre democracia y comunismo.
Casi al comienzo expresaba
Kennedy: “Hace 2000 años el más orgulloso alarde era “CIVIS ROMANUS SUM”,
(soy un ciudadano romano), hoy, en el mundo libre, el más orgulloso alarde es
ICH BIN EIN BERLINER”, (yo soy un berlinés), significando con eso su
convicción democrática y total apoyo a la antigua capital alemana.
Con una voz clara, enérgica
y convincente, Kennedy sostenía: “Hay mucha gente en el mundo que
realmente no comprenden o dicen no comprender, cual es el gran argumento
entre el mundo libre y el mundo comunista. ¡DÉJENLOS VENIR A BERLÍN! (Let
them come to Berlin!). Hay algunos que dicen que el comunismo es la ola
del futuro, ¡DÉJENLOS VENIR A BERLÍN! e inclusive hay algunos pocos que dicen
que es cierto que el comunismo es un sistema diabólico pero
permite tener progreso económico, LASS´SIE NACH BERLIN KOMMEN”, (¡Déjenlos
venir a Berlín!). Esas últimas palabras dichas en alemán, levantaron
una tremenda ovación de los asistentes.
“La libertad tiene muchas
dificultades y la democracia no es perfecta, pero nosotros nunca hemos tenido
que poner un muro para mantener a nuestro pueblo adentro, para prevenir que
ellos puedan irse”.
“Ustedes viven en una
defendida isla de libertad pero su vida es parte del total principal”.
“Así que permítanme pedirles
para cerrar, levantar sus ojos más allá de los peligros de hoy, hacia las
esperanzas de mañana, más allá de solo la libertad de esta ciudad de Berlín o
su país Alemania, hacia el avance de la libertad en todas partes, más allá
del Muro hasta el día de paz y justicia, más allá de ustedes y nosotros hacia
toda la humanidad”.
“La libertad es indivisible,
y cuando un hombre está esclavizado, todos no son libres”.
Con su visón futurista de
estadista, Kennedy, en 1963, ya visualizaba la caída del marxismo-leninismo,
del Muro de Berlín y afirmaba: “Cuando ese día finalmente llegue, como
llegará, la población de Berlín del Oeste podrá tener la sobria satisfacción
en el hecho que ellos estuvieron en las líneas del frente por casi dos
décadas”.
Kennedy cerró su emotiva
alocución diciendo: “Todos los hombres libres, dondequiera ellos vivan, son
ciudadanos de Berlín, y, por lo tanto, como hombre libre, estoy orgulloso de
las palabras ICH BIN EIN BERLINER”.
Pocos meses después, el 22 de
noviembre de 1963, los berlineses que habían aclamado a John F. Kennedy en
Berlín, lo lloraban como hicieron millones alrededor del mundo al caer
asesinado en una calle de Dallas, Texas.
El más carismático y
demócrata presidente de los EUA, propulsor de los Derechos Civiles en su
nación, de la Alianza para el Progreso y del Cuerpo de Paz, entre
otros, no logró ver concretadas sus palabras y predicciones para
poder admirar una Alemania reunificada y libre del régimen
opresor e indignante en el cual se sumergió Alemania del Este y parte de
Europa desde 1945 hasta 1989. Tampoco pudo observar la estrepitosa caída de
un sistema anti democrático, privilegiando a las cúpulas políticas, que
va contra la naturaleza del hombre y que vulnera la más elemental pasión
humana, como es la libertad.
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2013/06/06
8054.- El discurso del muro
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