.- Viejo, porqué no nos vamos para la presa,
paseamos, nos comemos unos aguacates, caminamos, echamos chistes, dormimos la
siesta allá bajo los árboles y descansamos un poco de toda esta miseria que le
está pasando al pueblo?
.- Bueno... nos llevamos un termito de café y
pasamos la tarde allá... pero ojala y no venga nadie ahora a fastidiarnos el
número!!!
.- Anda
prendiendo el carro, calladito, mientras recojo algunas chucherías y... sin
invitar a nadie...
Los ojos de la pareja brillaban en anticipación
del buen rato que podrían pasar si lograban salir del pueblo sin
acompañantes... no era cosa de perder la oportunidad para disfrutar de algunos
momentos a solas, fuera de la casa, fuera del pueblo... ellos y sus
pensamientos.... esa gratificación que solían darse tan a menudo en días
normales...
Con alegría subieron la primera cuesta, el
carro ronroneaba como gato mimado... lo raro era que no había nadie caminando
por allí, pero eso les decía que la
tarde sería tranquila...
Cuando llegaron a la curva de los naranjos, la
sombra de los arbolitos era muy tentadora pero, la costumbre y los años les
llevaron a halagarlos y ofrecerles que en otra oportunidad se quedarían con
ellos... lo de hoy sería en la terracita de los aguacates...
Habían descubierto ese sitio, su sombra
maravillosa para siestear, el arroyito que siempre tenía agua y que no anegaba
la terraza, lo tupido del follaje exterior que permitía guardarse de miradas
ajenas, los pájaros que pululaban alegrando los momentos con sus plumas
multicolores y con sus trinos melodiosos.
Cubrieron la entrada con ramas y dejaron el
carro oculto a la vista de mirones no deseados y no fue por buscar una
intimidad física, era solo el deseo de poder estar allí, solos, en paz,
hablando de ellos, del pueblo, del futuro, en la paz de ese sitio que tan bien
conocían y que tanto habían disfrutado. Era SU sitio, el de los grandes
momentos... Allí se habían declarado su amor tiempo atrás. Allí se pidieron y
se dieron en matrimonio. Allí Hilda había confesado entre melindres y sonrojos
que estaba en estado. Y repitió en segunda y en tercera ocasión. Allí, en ese
“Su sitio” se habían contado sus vidas y sus esperanzas. Todo lo importante lo
habían discutido allí.
Este momento era, sin duda, uno de los más difíciles...
lo ocurrido con el Tío José los mantenía consternados, avergonzados... la
tristeza por lo ocurrido, el recuerdo de la ultima mirada de su Tío, la
inexpresividad de su cara, ni una sola palabra, ni un solo gesto para con
ellos, cualquier otra actitud hubiese sido preferible y ellos sabían que era
solo una pose final del Tío para desligarlos de cualquier castigo. Ambos
pensaban que ellos eran los culpables y comprendían la voluntad del Tío. Pero
comprender la voluntad no quitaba el amargo sabor de saberse culpables de lo
que le estaba pasando al Tío y, el verlo allí sufriendo el escarnio publico y
la muerte, en silencio, como todo un caballero, solo hacia mas profunda la
herida pues se encontraban culpables de lo que fuese que se les acusase. Cada
uno, en lo más profundo, estaba perfectamente claro del grado de culpabilidad y
de la calidad humana que habían demostrado, cada uno de los tres.
Ahora estaban acá, en el sitio sagrado,
tratando de hacer un “mea culpa” y orientar su vida afrontando lo que sea que
se viniese tras esa tan extraordinaria metida de pata.
Hasta ahora no se esperaba nada en su contra
pues, gracias a Dios, el único punto de quiebre en sus vidas había sido el
fulano puente. Legalmente estaban fuera de peligro.
Moralmente estaban desechos, se sabían y se
sentían culpables de la muerte del Tío José. Tenían que hablarse desde una nube,
no era cosa de achacarse la culpa o de justificar lo que cada uno hizo. Tenían
que acostumbrarse a vivir con el yugo de la culpa, sin compartirlo con nadie
extraño a la pareja.
.-¿Viste como reaccionó el pueblo con el fulano
intermediario?
.-Claro, Hilda, eso se veía venir... y si no
hubiese sido por lo de Riasol, hubiese sido por cualquier otra cosa... y lo
peor es cómo reaccionó el tipo, no aguantó dos pedidas... ¿te imaginas como
estarán los personajes a quienes inculpó? Recuerda que el tipo tenía contactos
con todo el mundo... se estarán imaginando si dejó cosas escritas... y de
seguro que sí lo hizo, como protección... nacional e internacionalmente... mucha
gente y organizaciones estarán temblando... Aunque, claro, serán los tontos los
que paguen el pato porque serán tantos los casos que no habrá tiempo para que
suba la marea y, en ese ínterin, los vivos se marcharán, si no es que ya se
marcharon. Lo que si es seguro es que muchísima gente esta aliviada porque el
tipo ya no puede hablar.
.- Y te fijaste que hasta del Tío empezaron a
decir que había más guisos...
.- Tu y Yo sabemos que el tío no se metió jamás
en nada turbio... claro que ahora que ya está enterrado saldrán estos mismos
canallas a inculparlo de otras cosas... para ellos escurrir el bulto...
tendremos guerra fuerte...
.-Fíjate que hasta malo no es que pase
eso... con la Ley que castiga hasta a
quienes litigan en falso será más difícil que estén buscando falsedades y
aparecerán otros culpables de quienes no tenemos ni idea ahora.
.-Una vez el me comentó sobre otras "cositas" que
le habían propuesto... ¿recuerdas lo de los tractores? ¿Y lo de los autobuses?
¿Y la tala?.. Los “inocentes” que estaban detrás de esos negocios se echaron
para atrás en el ultimo momento solo porque les pareció mas jugoso el asunto
del terminal de pasajeros, porque les daba primero en la construcción y luego
en los permisos y eso era una renta fija de por vida... pero vino el fulano
intermediario y les propuso lo del puente que era para ya mismo y se volvieron
locos y allí cayeron. Tío José bramaba de la indignación cuando me echaba el
cuento. Si alguien podía decir que no era culpable era el Tío José... pero
nadie salio a defenderle... ¡!ni nosotros.!!
.-La Tía Chepina me hablaba de un proyecto para
tener un Club de Football, se los habían planteado pero, el Tío José se negó,
de plano... crees que los Jueces puedan ir al cielo?
.-Nojose... Los viste leyendo la sentencia...
parecían los apóstoles con su cara muy lavada...
.-Y la pregunta ahora es si podremos hacer algo
por el pueblo... creo que nos quedaremos como estamos y volveremos a hablar del
futuro, muy en el futuro... hablé con las muchachas para montar una escuela de
artes y oficios y estuvieron muy positivas, pero eso fue antes del rollo...
sacamos la cuenta y entre todas podríamos encargarnos y no habría necesidad de
contratar profesoras de fuera. Nos saldría muy barato porque lo único necesario
sería el material de uso de cada alumna. Cada quien traería su instrumento. En
lo de cocina, cada una traería algo y entre todas tendríamos comilonas de
postín... La pintura si es un caso distinto porque el material no se consigue
muy fácil y, no es barato.-
.-Pues tendrías que preguntarles de nuevo, a lo
mejor se puede comenzar con lo que sea mas fácil y, dependiendo de lo que
suceda, avanzar poco a poco... aja... y Tu quieres dirigir ese Rimbombante
Instituto de arte?
.-No, vale... y ahora menos... pero... tal vez
podamos pensar en alguna de las viudas...
.-Tendrás que tocar la puerta con guantes... y
esperar algunos meses...
.-No hombre... cuando vayamos a los rezos voy a
meter la cuchara y sugerir que para suavizar la tormenta individual, nos
reunamos y nos pongamos a hacer lo que nos gusta, creo que puede ser una forma
de brindarles compañía, traerlas al grupo y... ayudarlas... en dos platos.
Se pusieron a cantar, a tararear más bien, las
miradas perdidas, las manos entrelazadas, era un momento duro, especial... Lo
que no se dijo cobró valor, no había nada que perdonar, no había a quien
perdonar... era un nuevo renacer... la vida cobraba valor, había que pensar en
los demás, había que ser útil... el viento y la sombra los cobijaron y la
siesta reparadora los abrazó... 23/09/15
18:04hrs
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