Obispos afirman que conflicto entre el TSJ y la AN "no tiene justificación"
Luego de llamar a los venezolanos a defender la voluntad que expresaron en las urnas el 6 de diciembre, monseñor Diego Padrón afirmó que la Iglesia está dispuesta a colaborar a un eventual diálogo que permita superar la actual crisis, aunque advirtió que la responsabilidad es "de los poderes públicos".
Monseñores Diego Padrón y Baltazar Porras, al momento de leer la exhortación pastoral
JUAN FRANCISCO ALONSO | EL UNIVERSAL
miércoles 13 de enero de 2016 04:40 PM
Caracas.- Tras ratificar su compromiso de "acompañar al pueblo de Dios que peregrina en esta tierra y de compartir las esperanzas e inquietudes de todos nuestros conciudadanos", los obispos venezolanos expresaron su consternación y alarma por el actual conflicto entre el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la nueva Asamblea Nacional, del cual dijeron que "no tiene justificación" y por ello llamaron a los venezolanos a defender su voluntad expresada en las urnas.
"A los problemas existentes se suma el conflicto entre el TSJ y la AN, lo que no tiene justificación, pues el pueblo expresó en la elección del 6 de diciembre su voluntad de vivir en democracia y no en un sistema totalitario y excluyente", afirmaron los prelados en su exhortación pastoral "Asumir la realidad de la patria", leída este mediodía por el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Diego Padrón, y con la cual se puso punto final a su 105 asamblea ordinaria plenaria.
En la ronda de preguntas posterior, el también arzobispo de Cumaná llamó al pueblo a que "respete su propia decisión, la mayoría del pueblo manifestó el 6D la voluntad de un cambio que traen como consecuencia cambios sociales. Nosotros estamos seguros, percibimos una expectativa del pueblo por los cambios que van a mejorar la condición humana y social de la nación, por eso le pedimos que estemos atentos a esos cambios y a los movimientos que haya y que defienda su voluntad expresada el 6D".
Consultado sobre el papel que la Iglesia podría desempeñar para superar la actual crisis, monseñor Padrón dijo que "siempre estamos dispuestos a facilitar encuentros y diálogos", aunque dejó bien en claro que "la responsabilidad (de solventar la actual situación) no es de la Iglesia sino de los poderes públicos".
No más trapos rojos
En el documento el Episcopado dejó en claro su preocupación porque el enfrentamiento entre el TSJ y la AN impida "un diálogo efectivo que privilegie los problemas de la gente" y que en su lugar "problemas secundarios, distraccionistas o intrascendentes, que no llevan en general sino a la pérdida de tiempo y energías, a la crispación o a la confrontación estéril" ocupen la atención.
"El peligro es que se entrabe el desarrollo político social del país por una resistencia muy fuerte a reconocer la voluntad popular y que se llegue a un conflicto que sea punto de partida para actos de violencia", ahondó monseñor Padrón, recordando que el panorama económico no es muy alentador debido a la peligrosa combinación entre la parálisis del aparato nacional, que obstaculiza que en el país se generen los productos necesarios; y que la caída del precio del petróleo, que hace difícil importar lo necesario.
En la exhortación la CEV llama al Gobierno, como responsable de dirigir la política económica, a tomar medidas urgentes, pues "el problema alimentario y la insuficiencia de medicamentos e insumos para atender la salud pueden provocar una crisis humanitaria de amplias proporciones y gravísimas consecuencias".
De la misma manera llamaron a las autoridades a actuar contra "el drama cotidiano de la inseguridad y el miedo que impiden vivir en paz", pero a hacerlo correctamente, pues "la improvisación y la ineficiencia de muchos planes policiales" han traído como consecuencia "el uso excesivo y hasta inhumano de la fuerza pública" sobre los sectores más pobres.
"A los problemas existentes se suma el conflicto entre el TSJ y la AN, lo que no tiene justificación, pues el pueblo expresó en la elección del 6 de diciembre su voluntad de vivir en democracia y no en un sistema totalitario y excluyente", afirmaron los prelados en su exhortación pastoral "Asumir la realidad de la patria", leída este mediodía por el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Diego Padrón, y con la cual se puso punto final a su 105 asamblea ordinaria plenaria.
En la ronda de preguntas posterior, el también arzobispo de Cumaná llamó al pueblo a que "respete su propia decisión, la mayoría del pueblo manifestó el 6D la voluntad de un cambio que traen como consecuencia cambios sociales. Nosotros estamos seguros, percibimos una expectativa del pueblo por los cambios que van a mejorar la condición humana y social de la nación, por eso le pedimos que estemos atentos a esos cambios y a los movimientos que haya y que defienda su voluntad expresada el 6D".
Consultado sobre el papel que la Iglesia podría desempeñar para superar la actual crisis, monseñor Padrón dijo que "siempre estamos dispuestos a facilitar encuentros y diálogos", aunque dejó bien en claro que "la responsabilidad (de solventar la actual situación) no es de la Iglesia sino de los poderes públicos".
No más trapos rojos
En el documento el Episcopado dejó en claro su preocupación porque el enfrentamiento entre el TSJ y la AN impida "un diálogo efectivo que privilegie los problemas de la gente" y que en su lugar "problemas secundarios, distraccionistas o intrascendentes, que no llevan en general sino a la pérdida de tiempo y energías, a la crispación o a la confrontación estéril" ocupen la atención.
"El peligro es que se entrabe el desarrollo político social del país por una resistencia muy fuerte a reconocer la voluntad popular y que se llegue a un conflicto que sea punto de partida para actos de violencia", ahondó monseñor Padrón, recordando que el panorama económico no es muy alentador debido a la peligrosa combinación entre la parálisis del aparato nacional, que obstaculiza que en el país se generen los productos necesarios; y que la caída del precio del petróleo, que hace difícil importar lo necesario.
En la exhortación la CEV llama al Gobierno, como responsable de dirigir la política económica, a tomar medidas urgentes, pues "el problema alimentario y la insuficiencia de medicamentos e insumos para atender la salud pueden provocar una crisis humanitaria de amplias proporciones y gravísimas consecuencias".
De la misma manera llamaron a las autoridades a actuar contra "el drama cotidiano de la inseguridad y el miedo que impiden vivir en paz", pero a hacerlo correctamente, pues "la improvisación y la ineficiencia de muchos planes policiales" han traído como consecuencia "el uso excesivo y hasta inhumano de la fuerza pública" sobre los sectores más pobres.
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