Ʊ El Bar Consentido.-
Casi nadie recordaba en Riasol cuándo habían
inaugurado el único bar del centro del pueblo, ese sitio de reunión, club
Social, centro de amigos, citas nocturnas, confesionario, comida rápida, donde
entraba sin distinción todo el mundo y se escuchaban las novedades de cualquier
tipo, se negociaban víveres, frutos y
ganado, se felicitaba y se daban los pésames... todos tenían la creencia en que
los dueños iniciales se remontaban a casi dos siglos y que, sin mayor
protocolo, había cambiado de mano muchas veces, hasta había un relato donde se
ganaba y perdía en una apuesta pero nadie recordaba en que había consistido la
fulana apuesta; tampoco recordaban cuando habían comenzado a traer muchachas
para los saraos de viernes y sábado, pero la realidad era que a todo el mundo
le gustaba la idea y todo lo que de ella se derivaba. Afortunadamente, tal vez
por el gusto de todos con el Bar, no habían tenido problemas graves desde hacia
mucho tiempo y la discusión que originó el problema no tuvo repercusiones
porque todos los participantes se fueron del pueblo. El Bar no tenía
competidores. Las familias que habían sido dueñas o alquilaron el Local, habían
sabido manejar lo que les fue tocando de las vicisitudes del pueblo y el que
mas, el que menos, tenía sus buenos recuerdos de como gerenciáron el bar. Los
últimos acontecimientos les eran, sin duda, favorables... Tuvieron que pedir
reposición urgente de Licores, contrataron con tiempo las bailarinas,
repintaron la fachada, cambiaron bombillas, “pulieron” los pisos, arreglaron
los bancos de la barra, repararon los baños... El consentido del pueblo, el Bar
Consentido, se engalanó esperando lo que se presagiaba como los fines de semana
inolvidables que, o se aprovechaban... o se perdían...
Todos sabían que el Bar con mucha frecuencia
hacia de salón de reuniones de los Concejales y también sabían que los ediles
eran en extremo parlanchines. La mayoría de los asuntos que debatían pasaba por
las mesas del Bar y en esas condiciones los asuntos no podían ser confidenciales
y/o secretos.
Con la ejecución del Alcalde y la anunciada de
los ediles y teniendo en espera de juicio a los administradores, la
concurrencia hacía como acordeón pues ya se había detectado a que horas
llegaban las noticias de la Capital y, apenas llegaban las noticias se
comenzaba a llenar el local... Claro que, como ya se había juzgado a los
directamente implicados, la prensa y sus emisarios ya habían corrido. Había que
aprovechar la marea mientras durara. Pusieron anuncios en la radio del pueblo
para mantener la vigilia, contrataron otros músicos para compartir el trabajo y
les dijeron a las chicas que se viniesen el jueves para aprovechar las cuatro
noches. Solo quedaban dos semanas para sacarles el jugo.
Sabían que el pueblo, después de las ejecuciones,
volvería a su movimiento regular y se acabarían las bailarinas y los saraos de sábado
y domingo que no fuesen de pontificar.
Ʊ Los Otros.-
Así llamaron al grupo de personas que supieron
del asunto, lo digirieron y, no se opusieron. De acuerdo a la Ley debieron
hacer sus reclamos explicando lo que estuviese mal, sin buscar los porqué o los
para qué. Su trabajo eminentemente técnico, matemático o jurídico, indicaba lo
que era o no correcto y sus funciones no implicaban la justificación de los errores
validos o no validos.
Como en todos los proyectos, es normal que se
presenten problemas al plantearlos, calcularlos, tasarlos, prorratearlos...
pero, dada su naturaleza técnica especifica, el administrador, el auditor, el
supervisor, el coordinador, la cadena de Gerencia, cada uno, tiene las
herramientas y la autoridad para verificar lo que se esta haciendo a su nivel y
tiene la obligación de hacer del conocimiento de su cadena organizativa los
errores u omisiones que allí se presenten. Dura lex sed lex.-
Los administradores de la Alcaldía tenían que
revisar el proyecto antes de que se aprobase en la Cámara y tenían que asesorar
al Alcalde antes de la toma de decisiones y, en el ínterin podían consultar con
los ponentes del proyecto para aclarar todo cuanto estuviese bajo escrutinio.
La Alcaldía tenía que solicitar los fondos ante
la instancia superior encargada de este tipo de proyectos y, en su solicitud,
debía explicar cualquier cosa que no estuviese clara.
El escalón superior encargado del estudio de la
solicitud del Alcalde debía repetir el ciclo de inspección técnica del Proyecto
y aportar y hacer preguntas y aclaratorias. Si el proyecto pasó con viento en
popa, también se hicieron cómplices del asunto, ellos, los técnicos de ese
nivel y sus jefes... La situación se repetía en cada una de las instancias que
tuviesen que ver con lo proyectado, aprobado y cobrado.
Claro que... es un pueblo del interior y, hasta
ahora, no se ha tocado ninguna tecla con respecto a la secuencia de comando y
control. Se ha llevado ante el tribunal a la gente del pueblo y al
intermediario. No se sabe como reaccionará el tribunal con los reos
administrativos del pueblo y tampoco se sabe si se tomará acciones contra los
de la cadena ascendente. Los Abogados pasean por las calles con cara de animas en pena...
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