2016/01/18

263502.- S L P 11.1.-

Ʊ El Bar Consentido.-

Casi nadie recordaba en Riasol cuándo habían inaugurado el único bar del centro del pueblo, ese sitio de reunión, club Social, centro de amigos, citas nocturnas, confesionario, comida rápida, donde entraba sin distinción todo el mundo y se escuchaban las novedades de cualquier tipo, se negociaban víveres,  frutos y ganado, se felicitaba y se daban los pésames... todos tenían la creencia en que los dueños iniciales se remontaban a casi dos siglos y que, sin mayor protocolo, había cambiado de mano muchas veces, hasta había un relato donde se ganaba y perdía en una apuesta pero nadie recordaba en que había consistido la fulana apuesta; tampoco recordaban cuando habían comenzado a traer muchachas para los saraos de viernes y sábado, pero la realidad era que a todo el mundo le gustaba la idea y todo lo que de ella se derivaba. Afortunadamente, tal vez por el gusto de todos con el Bar, no habían tenido problemas graves desde hacia mucho tiempo y la discusión que originó el problema no tuvo repercusiones porque todos los participantes se fueron del pueblo. El Bar no tenía competidores. Las familias que habían sido dueñas o alquilaron el Local, habían sabido manejar lo que les fue tocando de las vicisitudes del pueblo y el que mas, el que menos, tenía sus buenos recuerdos de como gerenciáron el bar. Los últimos acontecimientos les eran, sin duda, favorables... Tuvieron que pedir reposición urgente de Licores, contrataron con tiempo las bailarinas, repintaron la fachada, cambiaron bombillas, “pulieron” los pisos, arreglaron los bancos de la barra, repararon los baños... El consentido del pueblo, el Bar Consentido, se engalanó esperando lo que se presagiaba como los fines de semana inolvidables que, o se aprovechaban... o se perdían...
Todos sabían que el Bar con mucha frecuencia hacia de salón de reuniones de los Concejales y también sabían que los ediles eran en extremo parlanchines. La mayoría de los asuntos que debatían pasaba por las mesas del Bar y en esas condiciones los asuntos no podían ser confidenciales y/o secretos.
Con la ejecución del Alcalde y la anunciada de los ediles y teniendo en espera de juicio a los administradores, la concurrencia hacía como acordeón pues ya se había detectado a que horas llegaban las noticias de la Capital y, apenas llegaban las noticias se comenzaba a llenar el local... Claro que, como ya se había juzgado a los directamente implicados, la prensa y sus emisarios ya habían corrido. Había que aprovechar la marea mientras durara. Pusieron anuncios en la radio del pueblo para mantener la vigilia, contrataron otros músicos para compartir el trabajo y les dijeron a las chicas que se viniesen el jueves para aprovechar las cuatro noches. Solo quedaban dos semanas para sacarles el jugo.
Sabían que el pueblo, después de las ejecuciones, volvería a su movimiento regular y se acabarían las bailarinas y los saraos de sábado y domingo que no fuesen de pontificar.


Ʊ Los Otros.-

Así llamaron al grupo de personas que supieron del asunto, lo digirieron y, no se opusieron. De acuerdo a la Ley debieron hacer sus reclamos explicando lo que estuviese mal, sin buscar los porqué o los para qué. Su trabajo eminentemente técnico, matemático o jurídico, indicaba lo que era o no correcto y sus funciones no implicaban la justificación de los errores validos o no validos.

Como en todos los proyectos, es normal que se presenten problemas al plantearlos, calcularlos, tasarlos, prorratearlos... pero, dada su naturaleza técnica especifica, el administrador, el auditor, el supervisor, el coordinador, la cadena de Gerencia, cada uno, tiene las herramientas y la autoridad para verificar lo que se esta haciendo a su nivel y tiene la obligación de hacer del conocimiento de su cadena organizativa los errores u omisiones que allí se presenten. Dura lex sed lex.-

Los administradores de la Alcaldía tenían que revisar el proyecto antes de que se aprobase en la Cámara y tenían que asesorar al Alcalde antes de la toma de decisiones y, en el ínterin podían consultar con los ponentes del proyecto para aclarar todo cuanto estuviese bajo escrutinio.

La Alcaldía tenía que solicitar los fondos ante la instancia superior encargada de este tipo de proyectos y, en su solicitud, debía explicar cualquier cosa que no estuviese clara.
El escalón superior encargado del estudio de la solicitud del Alcalde debía repetir el ciclo de inspección técnica del Proyecto y aportar y hacer preguntas y aclaratorias. Si el proyecto pasó con viento en popa, también se hicieron cómplices del asunto, ellos, los técnicos de ese nivel y sus jefes... La situación se repetía en cada una de las instancias que tuviesen que ver con lo proyectado, aprobado y cobrado.

Claro que... es un pueblo del interior y, hasta ahora, no se ha tocado ninguna tecla con respecto a la secuencia de comando y control. Se ha llevado ante el tribunal a la gente del pueblo y al intermediario. No se sabe como reaccionará el tribunal con los reos administrativos del pueblo y tampoco se sabe si se tomará acciones contra los de la cadena ascendente.

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